
«Bombardeo de la ambulancia roja», de Fernando Huertas (13 años)
S. G.
MADRID. Los niños son las principales víctimas de todo conflicto armado, y los españoles a los que los tocó vivir la Guerra Civil en primera persona no fueron una excepción. Algunos de ellos pudieron ser evacuados de las grandes ciudades, y alojados durante los años que duró la contienda en colonias situadas a lo largo del litoral mediterráneo. En ellas, prosiguieron su escolarización. Por iniciativa propia o movidos por sus profesores, aquellos niños, entre 5 y 15 años, captaron a través de sus lápices la realidad que les rodeaba: el abandono del hogar, el tren donde fueron trasladados, los bombardeos...
Aquellas ilustraciones sirvieron entonces para ayudar económicamente al sustento de las colonias (muchas de ellas fueron vendidas a organizaciones y particulares en Estados Unidos, país donde en la actualidad existen dos voluminosas colecciones), y dieron lugar a varias exposiciones.
Sin embargo, es la Biblioteca Nacional la que posee hoy la mayor colección de dibujos sobre la guerra realizados por niños. En total, 1.172 que fueron adquiridos en 1986 a un librero catalán. Hasta el 18 de febrero, y bajo el título «A pesar de todo dibujan...», se mostrará una selección de 142, distribuidos por temas: evacuación, vida en las colonias, politización y la guerra en tiempos de paz.
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