miércoles, 24 de julio de 2013

EDUCAR ES EMOCIONANTE

Casi siempre olvidamos que la educación, como las plantas, crece en dos direcciones:

-Hacia afuera (arriba): hojas, flores (lo social, lo laboral... lo colectivo).

-Hacia dentro (abajo): las raíces (lo personal, el yo... lo individual).



La educación escolar tradicional se ha preocupado casi exclusivamente de que la planta (el alumno) diera verdes hojas y hermosas flores, pero casi nunca se ha ocupado de que sus raíces fueran grandes y profundas para permitirle asentarse bien y poder alimentarse de todo aquello que la tierra le ofrece.



Esas raíces grandes y fuertes solo puede proporcionarlas una educación emocional sistemática y planificada en nuestras escuelas.
 
Podemos concluir que la educación solo será efectiva si se ocupa de manera integral de todos los ámbitos de la persona.

Sin emoción no hay aprendizaje. Para un docente es tan importante el dominio de su materia, como lo es ser emocionalmente inteligente: enseñamos a conocer pero, inexcusablemente, también enseñamos a ser.

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