jueves, 6 de septiembre de 2007

EN RUTA CON LOS NIÑOS/AS ESCLAVOS/AS

En un paupérrimo y remoto poblado de Benin, el futuro no prometía nada bueno a Joachim (10 años), Emmanuelle (12) y Samuel (16). Pero lo peor estaba por llegar: vendidos por apenas 50 euros (todo el lote), un traficante de niños esclavos los condujo a los campos de trabajo de Costa de Marfil. EL PAÍS los acompañó en su ruta por África Occidental

Pica en la foto y sigue el artículo, ojo que es muy duro

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy echo polvo después de leer este artículo e indignado por pensar en el trabajo que miles de niños y niñas realizan esclavizados.

Sí, el chocolate, como tantas otras cosas que consumimos sin pensar, esconde riadas de sangre y sufrimiento. Algo fácil, para empezar: consume productos de comercio justo.

A partir de ahí, seguir informándose y peleando, haciéndonos cada vez más consecuentes.

En efecto la poligamia y la falta de control de la natalidad está es el origen del problema. También un concepto de familia en el que trabaja uno para todos y el resto espera el dinero a la sombra de un árbol.

Supongo que mejor ni hablar del papel de la mujer en el artículo ni se la nombra, daros cuenta.

Realmente estos acontecimientos requieren actuar para evitar la injusticia, ni siquiera la información ya es lo importante, no nos movilizan el alma.

Y Pensar en este momento tenían que estar preparando sus mochilas y sus cuadernos para la vuelta al colegio.

El primer paso para hacer desaparecer la esclavitud infantil o muchos otros problemas de África, es la difusión.

¿Esclavismo? Las pateras que nos visitan también vienen niños/as u jóvenes para mandar dinero a sus casas, también se paga o pagan los/as padres o madres?

Es cierto lo tenemos aqui al lado de nosotros/as, muy cerca.